Comunicado de los investigadores en Ciencias de la Atmósfera participantes en la 2ª Asamblea Hispano Portuguesa de Geodesia y Geofísica.

 

Con ocasión de la celebración de la 2ª Asamblea Hispano Portuguesa de Geodesia y Geofísica, celebrada en la ciudad de Lagos (Portugal) del 8 al 12 de febrero de 2000, se ha discutido ampliamente la problemática surgida con el origen de los "bloques de hielo" aparecidos en España durante el pasado mes de enero. Estos sucesos han ocasionado una gran confusión en la opinión pública, sobre todo por los mensajes contradictorios emitidos, no contrastados científicamente, en los que se atribuye el origen de los bloques de hielo a un "inusual proceso meteorológico generado en la estratosfera".

 

Ante esta situación, los abajo firmantes, especialistas todos ellos en Ciencias de la Atmósfera han creído oportuno realizar las siguientes puntualizaciones:

 

  1. Existen numerosos y sólidos argumentos que justifican la imposibilidad de que estos bloques de hielo se formen de manera natural en la estratosfera:

    1. Escasa humedad del aire (de 1 a 6 mg/100 m3 a presiones de la media estratosfera y un orden de magnitud menor en la alta estratosfera).
    2. A las presiones estratosféricas (100 – 1 hPa) y con las concentraciones de vapor de agua mencionadas, la temperatura de cambio de estado del agua se encuentra entre –84º y –88ºC. Estas temperaturas sólo se observan sobre la Antártida, y muy infrecuentemente sobre el Ártico. Incluso en estas condiciones sólo han podido detectarse formación de nubes (PSC) de dimensiones de no más de unas micras que se evaporan de nuevo, bien por desaparecer las condiciones que las originan, bien por sedimentación.
    3. En la estratosfera no existen fenómenos locales. Las estructuras "meteorológicas" poseen escalas planetarias (>1000 km), y tampoco existen mecanismos conocidos que den lugar a procesos aislados (formación de "bloques de hielo") a su vez separados en el tiempo varios días pero localizados espacialmente en un área pequeña (Península Ibérica).
    4. No existen en la estratosfera movimientos ascendentes, ni otras causas aerodinámicas, que permitan mantener en suspensión un "bloque de hielo" el tiempo suficiente para que pudiese, hipotéticamente, crecer hasta 1-2 kg a expensas del agua del entorno, y compensar así el efecto gravitatorio.
    5. No existen hechos similares descritos en la bibliografía científica reciente.
    6. Estadísticamente, es muy improbable que suceda un meteoro nuevo en la atmósfera, y que además éste se manifieste solamente en una región tan localizada del planeta.

  2. Los abajo firmantes no admiten la explicación ofrecida por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), difundida a la prensa inicialmente por una comisión sin especialistas en la materia.

  3. No deberían darse notas a la prensa si los hechos no están contrastados y aceptados por la Comunidad Científica experta en la materia. No es riguroso transmitir a los medios de comunicación que se dispone de una teoría de la formación de "bloques de hielo" de manera natural en la atmósfera. Una supuesta teoría que contradiga todos los postulados sobre los que reposa la física atmosférica, de existir, debería ser presentada y discutida formalmente por la comunidad científica internacional experta en la materia.

  4. Mensajes de este tipo, que se difunden internacionalmente, además de dañar seriamente la credibilidad del organismo que los expone, afectan muy negativamente a la imagen de todos los que, de alguna manera, nos encontramos relacionados con este campo. El mensaje que se transmite al exterior es: "la comisión de expertos cree que el fenómeno es estratosférico"; e implícitamente se supone que son especialistas en Ciencias de la Atmósfera los que avalan la hipótesis (nadie espera que el Colegio de Médicos, pongamos por caso, elabore un informe sobre el derrumbamiento de un puente).

 

Lagos, 10 de febrero de 2000

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